sábado, 21 de enero de 2012

Romanticismo en la Cripta (o la originalidad del fanzine)

La Central del Raval se convirtió ayer en el lugar de encuentro para los amantes de los fanzine, frikis (cada uno de lo suyo) y fetichistas del papel; pues se celebró un coloquio pionero que presentó algunos de los fanzine más relevantes del momento: la Fanzine Wars. Esta curiosa batalla, localizada en la Cripta -así llaman a este espacio en la librería, será por lo de estar bajo tierra y rendir culto (o quizá por estar todos muertos de calor...)- fue organizada por el fanzine 5000 negros y contó con la participación de seis publicaciones independientes.

Los participantes de la Fanzine Wars.
Hubo dos mesas de debate. La primera dio voz a los creadores de los fanzine que buscan expresarse mayormente mediante la palabra. Los representados fueron Chuck Norris, 5000 negros y Orfidal. En la segunda mesa los protagonistas fueron los fanzine ilustrados, donde participaron El visitante, Rojo putón y Girlzine.

¿Qué es un fanzine? –Añadió Óscar Sáenz, creador de 5000 negros junto con Violeta Hernando y moderador de la segunda mesa de debate, como última pregunta. Hacía dos horas que había empezado el evento y todos, incluidos los que estaban delante del micrófono, se echaron a reír. No es fácil definir qué es un fanzine porque, sencillamente, no se somete a ningún tipo de regla. Yo no tengo ni idea de fanzines ni de su historia. Ni me interesa. Lo importante es el contenido, dice Pol Rodellar del fanzine Chuck NorrisTeníamos unas historias, unas mierdas en la cabeza y dijimos: "Esto lo editamos"

Para Ramiro E., de Girlzine, un fanzine es una revista hecha por un fan. En su caso de las mujeres. Do it yourself, repite varias veces durante sus intervenciones. Cristina Daura (Les Golfes Il·lustració), de Rojo Putón, afirma que es la autoedición sin ser una editorial. Y para Pablo E. Soto, de El visitante, se trata de una manera de publicar distinta y personal

Primera mesa de debate.
Helena Exquis, de Orfidal, dice que creó este fanzine junto con su mejor amigo para hablar de cosas que nos obsesionan. No con la intención de promocionarse. Mientras Violeta Hernando comenta: empezó un poco como una broma. Nos queríamos expresar. Tanto Pol, como Helena y Violeta admiten que no piensan en el lector. Lo más sincero para el lector es hacer lo que te salga de las pelotas, concluye Pol.

Una especie de sentimiento romántico envuelve a estos editores independientes. Me gusta patearme Barcelona tienda por tienda con mi mochila, dice el portavoz de Chuck Norris, aunque admite que también le gustaría que su fanzine pudiera comprarse en los quioscos. La estética ruin me gusta. Me gusta mantenerme en la basura. Violeta Hernando afirma: Queríamos hacer algo que pudiéramos tocar y hacerlo con más gente. Conviene volver al papel. Helena Exquis, que se considera fetichista de los objetos físicos, explica cómo su madre le pregunta: ¿Por qué te gastas dinero en editar esto? 

Éxito de convocatoria.
Los fanzine de la segunda mesa de debate, los ilustrados, están más cuidados. El trabajo se ve más profesional y eso también se nota en su precio. El visitante es cómic en blanco y negro, Rojo putón juega con las tonalidades que se pueden obtener con tan sólo dos tintas y Girlzine es fotografía a todo color.

Tanto los miembros de una mesa como los de la otra admiten que es difícil no perder algo de dinero en la edición de su fanzine. Pero tampoco aspiran a ganar algo, sino a recuperar lo invertido. No vivimos de esto pero nos lo pasamos muy bien, comenta Cristina Daura. Todos están de acuerdo en lo satisfactorio que resulta ver finalmente su publicación impresa.

3 comentarios:

  1. Hubiese estado bien que hubieras volcado tú opinión acerca de este movimiento.

    :)

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  2. Me gusta tu manera de colcar las piezas del puzle, es tan friki, e inverosimil.

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