sábado, 25 de febrero de 2012

La última estación de todas, el invierno

Qué curiosa sensación la de acabar de leer una autobiografía y sentir que realmente se conoce a su autor. No deja de ser más que una ilusión porque, ¿cómo condensar todos esos minutos, semanas, años de una vida en algo más de 200 páginas? Pese a ello, la sensación que me ha dejado Diario de invierno, el último libro de Paul Auster, es de que lo conozco.

Paul Auster después de la presentación.
Antes de este libro he leído A salto de mata, la autobiografía que rinde homenaje a sus años de juventud y que escribió cuando se acercaba a los 50 años. No tiene nada que ver con Diario de invierno, mucho más personal y, por supuesto, más reflexivo. En el primero, aunque utiliza la primera persona del singular y la sensación de acompañar al autor por las experiencias de su vida es mayor, no se percibe esa profundidad emocional que sí tiene el segundo. Paul Auster en su último libro está mucho más preocupado por hablar desde el interior, por decir todo aquello que quizá más adelante no pueda: Habla ya antes de que sea demasiado tarde, y confía luego en seguir hablando hasta que no haya más que decir. Después de todo, se acaba el tiempo. Quizá sea mejor que de momento dejes tus historias a un lado y trates de indagar lo que ha sido vivir en el interior de este cuerpo desde el primer día que recuerdas estar vivo hasta hoy. Un catálogo de datos sensoriales.

sábado, 18 de febrero de 2012

Un recorrido a través de la obra de Delacroix

Autorretrato con chaleco verde, 1937.
La exposición más completa sobre la obra del pintor romántico francés Eugène Delacroix (1798-1863) se inauguró el pasado miércoles en el CaixaForum de Barcelona. 130 obras nos guían a través de las diferentes etapas de su vida como artista. Nada más entrar nos encontramos con dos autorretratos suyos a modo de presentación: uno de 1837 y otro de 1842, ambos pintados al óleo. 

Uno de los aciertos de esta muestra es que no sólo se puede conocer al gran artista que llegó a ser Delacroix, sino también su aprendizaje artístico y en muchas ocasiones, además, podremos ver el boceto y la obra final.

Su instrucción empezó por el desnudo, especialmente por el de la mujer. Ya en las primeras obras resalta su especial interés por la luz que focaliza la atención dentro de la escena del cuadro. Los tres retratos casi idénticos de Aspasia (1824) le permiten investigar sobre el color.

sábado, 11 de febrero de 2012

Entrevista a Dani Mateo, el nuevo profeta

He conseguido engatusar al último fichaje de El Intermedio, Dani Mateo, para que me conteste a unas preguntas. El fin de semana que viene vuelve a Barcelona para presentar su nuevo monólogo PK 2.0. Que Dios nos pille confesados en el Club Capitol.
Dani está licenciado en Periodismo y ha trabajado en prensa escrita, radio y televisión. Aunque periodista, siempre le ha gustado moverse en la parte más desenfadada de la vida, por eso hoy es también un gran cómico y humorista.
La cadena que le dio la oportunidad de mostrarse tal y como le conocemos ahora fue la Paramount Comedy. Ahí, entre otras cosas, presentó el programa Noche Sin Tregua. Después logró llegar a un público más amplio gracias al éxito de Sé lo que hicisteis en LaSexta. Actualmente, es colaborador de El Intermedio en la misma cadena y monologuista que recorre el país como si fuera un verdadero nómada que compra sus polainas en el Zara.


-¿Te consideras gracioso?
No estoy ni entre mis 10 humoristas favoritos, pero a veces tengo mis puntos...
-¿Qué es para ti tener vis cómica? ¿Crees que tiene relación con el aspecto físico?
El aspecto físico ayuda. Para ser cómico, a diferencia de para ser modelo, ser feo es una ventaja. Pero no diría que es lo más importante. Lo principal es tener una visión cómica de la vida. Eso es lo más complicado, porque nos educan para lo contrario. Es algo cultural... El catolicismo siempre ha promovido una visión trágica de la vida y así es muy difícil reír y hacer reír. Tenemos que cambiar eso.

sábado, 4 de febrero de 2012

El eco de las voces hispanoamericanas

Hace 40 años, Robert Saladrigas no era exactamente como es ahora. Su experiencia como escritor y periodista durante todo este tiempo le ha consagrado como uno de los grandes críticos literarios de este país. Pero aunque él diga me da mucha pereza echar la vista atrás porque encuentra sus escritos deficientes y mal escritos, sus monólogos-entrevista publicados en la revista Destino por aquel entonces siguen despertando gran interés.

Robert Saladrigas firmando un ejemplar
de su libro el pasado jueves.
Así piensan al menos Jordi Gracia, catedrático de Literatura Española por la Universitat de Barcelona, y Fernando Valls, profesor de Literatura Española Contemporánea en la Universitat Autònoma de Barcelona, los cuales apadrinaron la presentación del libro Voces del <<boom>> -que recopila las primeras piezas de creación periodística y literaria de Robert Saladrigas- el pasado jueves en el Cafè Salambó.

Este libro quita el frío instantáneamente, dice Jordi Gracia para romper el hielo. Te transporta a los años 70 a traves de una inmersión involuntaria. Define estos monólogos-entrevista ideados por el autor como piezas literarias que dentro tienen una conversación. No es una transcripción, sino una entrevista interpretativa. Por otro lado, destaca cuán diferentes eran las preguntas que se les hacía antes a los escritores, como, por ejemplo, si consideraban la literatura un compromiso político. También resalta la ingenuidad del lector español a la hora de aproximarse a un escritor del nivel de Borges o Vargas Llosa y, para acabar, anima a leer estas prácticas literarias que valen por sí mismas porque no es necesario leerlas en el contexto.