Las "cosas pequeñitas" te hicieron grande, Malú

¿Y si Malú se hubiese levantando chistosa -porque hoy es el Día de los Santos Inocentes- y hubiese decidido no presentarse al concierto? Deberíamos simplemente reírnos, ¿no?, pensé el viernes horas antes de ir al Liceu de Barcelona para conocer su directo. Por suerte, la cantante acudió a la cita y las seguidoras -el público era en su mayoría femenino- pudieron corear su nombre nada más verla aparecer.

Aprendiz fue una de esas cosas pequeñitas pero enormes.

Fue un concierto lleno de su particular energía, tanto vocal como gestual, donde los temas (más rockeros en directo) se intercalaron con cosas pequeñitas, como las definió ella. El Liceu es un espacio proclive a acústicos o recitales donde no importa tanto el espectáculo como simplemente la música. Su actuación fue un show, quizá más propio de recintos como el Sant Jordi Club, donde actuó la última vez que estuvo en la ciudad. Pero esos pequeños momentos la hicieron grande y me hubiese encantado que este concierto hubiese estado más lleno de cosas pequeñitas. 

Un hobbit muy esperado

No sabía que tenía tantas ganas de volver a adentrarme en el fantástico mundo de Tolkien hasta que he visto El Hobbit: Un viaje inesperado, que se estrenó este viernes. Leí el libro cuando tenía 17 años -bastantes años atrás ya...- y aún recordaba que se trataba de una apasionante historia de aventuras. Justo lo que me he encontrado.

El Hobbit se quiere llevar al cine desde 1995.

El principio es algo lento y la película mejora al mismo ritmo que Bilbo Bolsón. Él, personaje imprescindible para El Señor de los Anillos pero que tiene un papel algo residual en esa trilogía, recupera aquí el sitio que se merece en el universo de la Tierra Media. En esta nueva trilogía, se nos permite conocer al mediano 60 años antes de que Frodo Bolsón abandone La Comarca y se disponga a vivir aventuras como ya había hecho su tío. ¿Pero cuáles eran esas historias de las que se hacían pequeños guiños?

Rock'n'blues, la banda sonora de Gràcia

La Bluesnet band con Llorenç, el nuevo cantante.

Es agradable descubrir cómo lo que un día fue una buena idea hoy tiene continuidad. Me refiero al Segundo Festival Blues Rock de la Vila de Gràcia, del cual se pudo disfrutar el sábado pasado en el Centre Artesà Tradicionàrius.

8 euros valía la entrada. Es decir, un precio irrisorio teniendo en cuenta que fueron cuatro buenos conciertos en una pequeña sala (vamos, un lujo). Lo único que eché de menos fue poder tomar algo ahí mismo, pero no estaba permitido: para eso había un bar. Desde donde -al menos- se retransmitía el festival y gratis. Todo un detalle. 

El público, que rondaba en su mayoría la mediana edad, no estuvo demasiado participativo. Así que pocas canciones pudieron disfrutar de su palmeo. Pese a ello, estoy segura de que todos los asistentes disfrutamos del espectáculo.