sábado, 28 de abril de 2012

El Barça y, de fondo, Loreena McKennitt

No lo había visto hasta que me lo mostraron: un hombre con auriculares en un concierto en el Palau de la Música Catalana. Algo fallaba. Los músicos tocaban bien, la acústica era buena y él, desde donde estaba, tenía más visibilidad que yo. ¿Qué estaba escuchando?

McKennitt dejó fotografiar en una canción.
El concierto empezó poco pasadas las nueve de la noche, minutos más tarde de que lo hubiera hecho el partido de Champions (¡semifinales!) entre el Barça y el Chelsea. Sí, muchos de los que estábamos allí éramos conscientes de que el equipo blaugrana se jugaba pasar a la final y, por lo tanto, optar a ganar -de nuevo- la competición. Sí, la mayoría sabíamos eso, pero también que estábamos ante Loreena Mckennitt, una artista que pocas veces se tiene la oportunidad de ver y escuchar.

Una hora más tarde, el concierto hizo un descanso de más de veinte minutos, tiempo que el hombre invirtió en estirar las piernas junto a su radio (muchos de los allí presentes aprovecharon para encender sus móviles para ver cómo iban). El partido estaba a punto de finalizar cuando empezó la segunda parte del espectáculo (del de música, claro). El Barça iba perdiendo y para poder pasar tenía que marcar aún dos goles. Es decir, hacía falta un milagro (quizá Messi...). El hombre resoplaba y ponía caras de disgusto. Finalmente, un gruñido algo contenido: el Barça había perdido y no pasaría a la final de la Champions.

A partir de ese momento, no sé si el hombre estuvo más atento al talento de los siete músicos que había encima del escenario, pero al menos se había quitado los auriculares. El Palau estaba lleno, excepto por esos asientos que se reservan a las autoridades (las cuales, claro está, prefirieron ver el partido) y que no te dejaban disfrutar aunque tu entrada hubiera costado más de 60 euros y sólo vieras medio escenario. Una vergüenza.

Presentó su nuevo trabajo The wind that shakes the barley.
El concierto de Loreena McKennitt del pasado martes, dentro del Festival del Mil·lenni, fue elegante, limpio, impecable. Su música instrumental llena de lirismo y acompañada con su sin-palabras voz es capaz de estremecerte de la cabeza a los pies. Ella es canadiense pero, tal como comentó durante el concierto, la gente suele creer que es irlandesa porque su música se incluye dentro de la celta (lo que sí es cierto es que desciende de escoceses e irlandeses). En sus composiciones son muy importantes los instrumentos de cuerda como el violoncelo, el violín y la guitarra, así como los de viento, la gaita y la flauta. McKennitt toca el arpa, el piano y el acordeón.

No era la primera vez que asistía a un concierto en el Palau, pero siempre había estado en platea. Esta vez estuve en el primer piso y desde allí pude ver el gran fallo de este recinto que me encanta: la visibilidad no es buena desde demasiados sitios. Muchas de las personas ubicadas en el primer y segundo anfiteatro tuvieron que ver el espectáculo de pie para poder ver algo. Creo que, al menos, se debería avisar de esto cuando se compran las entradas y, por supuesto, los precios deberían variar según la visibilidad. Por suerte, yo no perdí detalle al optar por sentarme en las escaleras...

6 comentarios:

  1. Si estás en el concierto, escucha la música...Dicen que hay dos catarsis sociales: la música y el fútbol. Yo, evidentemente, también me quedo con la primera.

    Un abrazo.
    Marc V.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Con mucho respeto hacia los fanáticos del fútbol, en realidad, no dejaba de ser sólo un partido... Y dejar de disfrutar de la buena música en el Palau de la Música, ¡es una pena!

      Muchas gracias por comentar,

      Un abrazo.

      Eliminar
    2. Con todos mis respetos hacia los fanáticos de la música (entre los que me incluyo) no dejaba de ser sólo un concierto!

      Eliminar
    3. Jejeje! Claro, todo depende desde donde lo mires... ;)

      Gracias por comentar.

      Un saludo, Xavi.

      Eliminar
  2. igual al hombre le habían obligado a ir o iba por compromiso XDD vaya plan!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Fuera como fuese... sí, ¡vaya plan!

      Gracias por comentar :)

      Eliminar